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ANVERSO Y REVERSO DE LA MEDALLA MILAGROSA

 

ANVERSO 

MEDALLA MILAGROSA

Anverso de la Medalla Milagrosa

El estar de pie, el globo bajo los pies, la imagen de la Virgen, el rostro muy descubierto, el vestido blanco - aurora, las piedras que no daban luz, los tres anillos de cada dedo, el tener una estatura mediana, la pequeña cruz sobre el globo, los cabellos partidos por la mitad, los rayos que salían de las piedras, las piedras preciosas de los anillos, la toca con el encaje sobre la cabeza, los ojos de la Virgen elevados al Cielo, el tener las manos a la altura del pecho, el gozo de la Virgen al conceder gracias, la posición de la oración de mano a mano, la oración Oh María sin pecado concebida, los ojos de la Virgen mirando a Santa Catalina, la dirección de los rayos hasta cubrir los pies, el globo sobre las manos que semejaba la Tierra, el velo que cubría la cabeza bajaba hasta los pies, la serpiente verdosa sobre el globo y bajo los pies. Las palabras y dibujos grabados en el anverso de la medalla expresan un triple mensaje. ¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti! (Ô Marie, conçue sans péché, priez pour nous qui avons recours à vous). La invocación revela explícitamente el privilegio con el que ha sido gratificada la Madre de Dios: la Virgen María fue preservada del pecado original, es inmaculada en su concepción. La primera salvada, se ha beneficiado con anticipación con miras a su maternidad divina, de los méritos de la Pasión de su Hijo Jesucristo. Sus pies se posan sobre medio globo y aplastan la cabeza de una serpiente. El medio globo es la tierra, es el mundo; la serpiente, para los judíos y los cristianos, personifica a Satán y las fuerzas del mal. La Virgen es la Mujer --revestida del sol y coronada de estrellas-- descrita por San Juan en el Apocalipsis. Comprometida ella misma en el combate espiritual, combate contra el mal del que el mundo es el campo de batalla y nos invita a entrar a nosotros también en la lógica de Dios que no es la lógica del mundo. Es la gracia auténtica de conversión lo que María quiere transmitir al mundo. Sus manos están abiertas y sus dedos adornados con anillos revestidos con piedras preciosas despiden rayos que caen sobre la tierra. La luz de estos rayos, como la belleza de la luminosidad de la aparición atraen nuestra confianza en la fidelidad de María (los anillos) hacia su Creador y hacia sus hijos, en la eficacia de su intervención (los rayos de gracia) y en la victoria final. De esta manera, la Virgen nos invita a recurrir a ella en las dificultades de nuestra vida, con total confianza en su todopoderosa y amorosa intercesión.

 

REVERSO 

MEDALLA MILAGROSA

Reverso de la Medalla Milagrosa

 

Dará la vuelta al mundo, María es reina del universo, las doce estrellas alrededor, la oración eficaz de la Virgen, el corazón coronado de espinas, el detalle de volverse al cuadro; Escudo, recuerdo, adorno, regalo, libro; el corazón traspasado por una espada, los dos corazones uno al lado del otro, la promesa a los que lleven la medalla, la cruz sobre la M entramada con una barra, el manifestar todos los detalles de la medalla, el que fue en el día en una capilla de hermanas.  La medalla presenta en su reverso una inicial y unos dibujos que nos introducen en el secreto de María. La letra M está coronada por una cruz. La M es la inicial de María, la cruz es la Cruz de Cristo. Los dos signos entrelazados muestran la relación indisoluble que une a Cristo y a su santa Madre. María está asociada a la misión de salvación de la humanidad que realiza su divino Hijo Jesús y en la que participa por su compasión en el acto mismo del sacrificio redentor de Cristo. Debajo, dos corazones, de los que salen llamas de amor que nos traen Jesús y María. El corazón coronado de espinas es el Corazón de Jesús. Recuerda el episodio cruel de la Pasión, antes de su muerte, narrado en los evangelios. Significa su Pasión de amor por los hombres. El corazón atravesado por una espada es el Corazón de su Madre. Recuerda la profecía de Simeón relatada en los evangelios, el día de la Presentación de Jesús en el templo de Jerusalén por María y José. Significa el amor de Cristo que habita en María y su amor por nosotros: por nuestra salvación, acepta el sacrificio de su propio Hijo. La proximidad de los dos corazones expresa que la vida de María es vida de intimidad con Jesús. Nosotros también podemos unir nuestro corazón a los Corazones de Jesús y de María. Doce estrellas están grabadas alrededor. Son figura de los apóstoles y representan a la Iglesia, luz para el mundo. La medalla nos invita, a cada uno de nosotros a elegir como Cristo y su Madre, la vía del amor hasta el don total de nosotros mismos.

 

Oración de San Bernardo  Conversión de Alfonso Ratisbona