Oración a la Milagrosa ¡Benignísima Madre de Misericordia! Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo, Noble descanso de toda la Santísima Trinidad; elegida del Padre, preservada por el Hijo y amada del Espíritu Santo. Vos sois en las cosas dudosas nuestra luz; en las tristes das consuelo; en las angustias alivio, y en los peligros y tentaciones fiel socorro. Sois paraíso de gracias y espirituales dones. Bienaventurados los que de veras os aman y sirven, y los que por santidad de vida se hacen siervos y devotos vuestros, a vuestra piedad, pues, recurro, Reina y Señora mía, para que me enseñéis, gobernéis y defendáis en todas las horas y momentos de mi vida; suplicándoos humildemente ahora me alcancéis de la Majestad Divina la gracia que al presente os pido (Aquí se pide el deseo), si conviniere para el bien de mi alma, y si no conviene, vos, como Abogada mía, dirigid mi voluntad sólo a lo que sea honra y gloria de Dios y salvación de mi alma. Amén.
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