TRIDUO EN HONOR
DE LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
MODO DE REZARLO: 1. Por la señal… 2. Acto de Contrición. 3. Lectura del Día. 4. Oración Final. Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN, ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS: Oh María sin pecado concebida. Dulcísima María Reina de los cielos y de la tierra: que por amor a los hombres os dignasteis manifestaros a vuestra sierva Sor Catalina, con las manos llenas de rayos de luz, con el fin de hacer saber al mundo que deseáis derramar abundantes gracias sobre todos los que con confianza os piden; concededme Madre mía, que a imitación de Sor Catalina derrames en mi alma la luz necesaria para conocer mi poquedad y miseria y lo mucho que debo a Dios por tantos beneficios como me ha dispensado, y que cumpliendo su voluntad en esta vida, pueda gozarle en vuestra compañía en el cielo. Amén. Tres Avemarías y la invocación: Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.
DÍA PRIMERO - ORACIÓN: Amorosísima Madre mía, qué placer tiene mi alma cuando considero que tanto deseo tenéis en concederme vuestros favores, que no esperáis otra cosa sino que acuda a Vos para remediar nuestros males y llenarnos de vuestras gracias y dones. Oh María, mi Madre amada, que todos acudamos siempre a Vos, como nuestra única esperanza.
DÍA SEGUNDO - ORACIÓN: Santísima Madre de Dios, Señora nuestra y tierna Madre; qué consuelo siente mi corazón cuando contempla vuestra imagen como os vio Sor Catalina, con un globo en vuestras divinas manos, que representaba toda la tierra y lo estrechabais así sobre vuestro pecho, simbolizando así el amor que tenéis a los hombres. Concededme, oh Madre mía, el que sepamos corresponder a tanto amor, procurando imitar vuestras virtudes. Así sea.
DÍA TERCERO - ORACIÓN: Virgen Inmaculada, Celestial Madre mía; con qué placer llego a tu altar santo, para contemplar tus virtudes y exponer mis penas. Qué aliento cobra mi espíritu al acercarme a tu Sagrada Imagen, donde veo representada la más profunda humildad, una modestia admirable y el resto de todas las perfecciones con que el Señor te adorno. Haced, Señora, que oigamos siempre vuestros maternales avisos y arrepentidos de nuestras culpas, imitando vuestras virtudes, consigamos la indecible dicha de estar con Vos en el Cielo por toda la eternidad. Así sea.
ORACIÓN FINAL: Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que no se ha oído decir jamás que ninguno de los que ha recurrido a vuestra protección e implorando vuestro socorro, haya sido abandonado en Vos. Animado con esta confianza, Oh Virgen de las Vírgenes, a Vos vengo gimiendo bajo el peso de mis pecados, me postro a vuestros pies. Oh Madre del Verbo. No despreciéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas favorablemente y dignaos acogerlas. Amén. (Tres veces: Oh Madre sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti).